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La nueva ley de cine plantea un futuro sin tener en cuenta a las salas de cine

Sara Peláez,

Madrid,  a 3 de marzo de 2023.- La Federación de Cines de España (FECE), asociación que representa a más del 80% del mercado de la exhibición, ha trasladado tanto al Ministerio de Cultura y Deporte como a los diferentes grupos parlamentarios, sus reivindicaciones a la nueva la ley del cine y de la cultura audiovisual, entre las que se encuentra la sustitución de  la cuota de pantalla por un sistema de incentivos y fomento de la demanda y el restablecimiento de la ventana de exhibición como principales elementos para garantizar el futuro de las salas de cine.  

El sector considera que este proyecto debe ser una oportunidad para proteger y fortalecer a la industria cinematográfica en su conjunto, y en este sentido, se debe tener en cuenta el papel fundamental de las salas de cine como principal locomotora económica de la industria. No hay que olvidar que la recaudación en taquilla se redistribuye con el resto de subsectores.

Lamentablemente, el texto presentado supone una línea continuista de la actual Ley del Cine, que no solo no corrige las deficiencias de la actual ley respecto de la exhibición cinematográfica en España, sino que ahonda en medidas que suponen un agravio y perjuicio para todo el sector.

Las salas de cine han propuesto una serie de enmiendas y consideraciones al texto con el objetivo de reequilibrar el proyecto que actualmente se encuentra en su tramitación parlamentaria, para fijar un marco legal equitativo para las salas de cine en la legislación española, corrigiendo aquellos aspectos del actual texto que son lesivos para su actividad económica y cultural.

Cuota de pantalla: una medida  ineficaz

Las salas de cine ven con asombro que se mantenga la cuota de pantalla en el proyecto, una obligación injusta para el sector, de dudosa constitucionalidad, que no existe en ningún otro país europeo y que no consigue los objetivos que pretende alcanzar. La cuota de pantalla no protege ni favorece, ni al cine español, ni al cine independiente.

Esta medida se mantiene injustificadamente, dado que a su vez no se ha cumplido con el mandato  de la ley actual de evaluar a los cinco años de la aprobación de esta, el impacto de una medida de este calado. Por ello, se trata de una medida no justificada, que penaliza económicamente a los cines, sin establecer ningún tipo de compensación y que, además, es la base de una parte importante de las infracciones que recoge el proyecto.

El sector considera que para alcanzar el objetivo que se persigue con una medida de este tipo debe enfocarse desde la puesta en marcha de iniciativas que fomenten la promoción y asistencia de público a los tipos de cine que se pretenden fomentar, a través de ayudas que incentiven a las salas de exhibición a la programación y fomento del cine de la Unión Europea, tal y como ocurre en el resto de países miembros, y no a través de la imposición de cuotas.

Las salas de cine comparten el objetivo de fomentar y fortalecer el cine europeo en la gran pantalla. Un cine plural es necesario para fomentar la cultura y evitar colonizaciones de algunas cinematografías, pero no se puede aceptar que se persiga este objetivo a través de obligaciones, cuotas y sanciones.

La “ventana de exhibición” es  fundamental para mantener el ecosistema de la cinematografía

Las salas de cine constituyen un elemento fundamental dentro de la industria cinematográfica para que las películas tengan un adecuado desarrollo a lo largo de su vida.  Su explotación ordenada en ventanas genera un impacto inicial y una onda expansiva que crece con el sistema de ventanas.

A raíz de la pandemia, se ha visto reducida la ventana de forma notable, generando dos efectos negativos en el mercado. Por un lado, de forma mayoritaria son las películas más importantes del año, en términos de recaudación y espectadores, las que están reduciendo su ventana de exhibición cinematográfica de forma notable, lo que no permite una explotación óptima de la película por parte de la exhibición que maximice su resultado en taquilla. Por otro lado, y como consecuencia de lo anterior, el lanzamiento de películas en salas de cine adolece de falta de presupuesto e información clara al espectador. Sin ventana, se pierde la exclusividad del estreno en cines y la expectación que esta conlleva en el consumidor, con un claro impacto en el modelo “star system”, que tenía una gran repercusión mediática.

En otros países como en Francia, la ventana (actualmente de 15 meses) está regulada desde hace años, como parte fundamental de la Ley y en Italia, el año pasado, el Senado, por unanimidad, instó al Gobierno establecer un periodo de exclusividad para las salas de cine de 90 días para todas las películas, como una medida para proteger y fortalecer a las salas de cine de cara a recuperar los espectadores perdidos por la pandemia.

Desde el sector de la exhibición se considera que la nueva legislación es una oportunidad única para tener legislada una ventana que permita el desarrollo ordenado de la industria y facilite las relaciones entre subsectores, que históricamente han sido asimétricas.

El sector necesita nuevos  paquetes de ayudas directas e incentivos fiscales

Las salas de cine son vertebradoras de la cultura, dinamizadoras de la economía y las relaciones sociales. El año 2022 terminó con un 40% menos de asistencia a las salas de cine con respecto a la media de los años prepandemia. Esta situación manifiesta la fragilidad en la que se encuentra el sector y la necesidad del apoyo económico de las administraciones públicas para garantizar su supervivencia.

En un mercado que opera a nivel global, es importante que no se generen asimetrías territoriales y el apoyo económico a las salas de cine se realice directamente desde el ICAA, sin perjuicio del apoyo fundamental que las comunidades autónomas realizan en el ámbito de su realidad más cercana. Por ello, desde el ICAA deben habilitarse líneas directas de ayudas para la exhibición.

A su vez, el sector es consciente de que a través de la inversión se superan las crisis y está comprometido a ello. Unas inversiones orientadas tanto a la tecnología como a la mejora y eficiencia energética de las instalaciones. Sin embargo, la pandemia ha provocado que el acceso al crédito sea cada vez más complicado. Por ello, el sector solicita que desde el Gobierno se establezcan mecanismos que favorezcan la inversión, así como una línea de incentivos fiscales para la exhibición, similar a la que ya se benefician otros actores de la industria.

Otras reivindicaciones 

Entre las otras reivindicaciones del sector destacan:

La actividad de exhibición cinematográfica que pueden desarrollar las administraciones  públicas no tiene adecuadamente delimitado su ámbito. Esta situación puede derivar en prácticas que supongan una competencia desleal con las empresas de exhibición cinematográfica. Además, en el proyecto de ley se reduce el plazo de tiempo para proyectar películas desde su estreno en salas de cine, pasando de 12 a 6 meses, sin ninguna justificación, por lo que el sector reivindica que se mantenga la cifra de 12 meses de la ley actual. Además, deberían explorarse posibilidades de colaboración público – privada que vayan destinadas a fomentar la exhibición cinematográfica en aquellos territorios donde se estime cultural y socialmente necesario. A su vez, mejorar e implementar infracciones y sanciones con las prácticas de competencia desleal que puedan desarrollar las administraciones públicas.

La nueva obligación de facilitar los datos de espectadores de contenidos alternativos en salas  de cine (operas, ballets...) carece de toda lógica, sin justificación con el cumplimiento de unos objetivos determinados y lo único que supone es ahondar en el control al que ya está sometida la exhibición cinematográfica. Se trata por tanto de un fuerte agravio con respecto a otros agentes que no encuentran obligaciones de información sobre su actividad u otros contenidos que desarrollen dentro de su ámbito de negocio y que no tenga relación con las películas cinematográficas y las obligaciones a las que estas estén sujetas.  Ningún otro agente reporta de manera tan precisa los datos de su audiencia y de su oferta de películas como lo hacen los cines.

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